A través de la técnica de construcción ecológica llamada “biotectura”, 140 personas construyen una escuela pública autosustentable en Uruguay, que según sus creadores es la primera de su clase en el mundo.
En tiempo récord, y liderados por el arquitecto estadounidense Michael Reynolds, un grupo de personas levantan un edificio de 270 metros cuadrados construido con 2000 neumáticos, 3000 botellas de vidrio, 1500 botellas de plástico, 12000 latas y otros materiales convencionales como madera, vidrio y cemento.
“Es una construcción autónoma que se autoabastece de energía, agua y comida”, explicó Camilo Valverde a la agencia AFP, integrante de Tagma, la organización local que ideó y llevó a cabo el proyecto.
Este edificio obtendrá su energía a través de 12 paneles solares y juntará el agua lluvia en 10 tanques de 3000 litros cada uno.
La obra comenzó hace 12 días y estará terminada el próximo 29 de febrero, día en que comienzan las clases en Uruguay. ¿Cómo lo hacen? Con la ayuda de 140 personas de 30 países, como Estados Unidos, España, Canadá, Francia, Italia, Marruecos, Siria, y “toda Latinoamérica”, dice Valverde.
Con esta técnica, la empresa que dirige Reynolds, Earthship Biotecture, ha levantado edificaciones en sitios como Isla de Pascua (Chile), Ushuaia (Argentina), Nuevo México (Estados Unidos) y Sierra Leona (África).
“Uruguay es un gran país para hacer esto porque tiene visión de futuro”, dice Reynolds. A sus 70 años, este hombre clava maderas trepado al techo, carga baldes con arena y, cada tanto, como un pintor, toma distancia para observar la marcha de su obra.
La obra, cuyo valor final estimado es de US$ 450.000, fue financiada en parte por la empresa de Reynolds y por empresas privadas locales.
Fuente: The Note
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