De emblema nacional a emprendimiento

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2192671La idea surgió cuando Verónica Cortés caminaba por el jardín de su casa, en Loncoche. «¿Por qué no hago mermelada de copihue?», se preguntó, y comenzó un exitoso negocio.

¿Sabía usted que la flor del copihue es un ingrediente gastronómico? Suena un poco raro, sin embargo, es cierto. Pero no se entusiasme, no es llegar y cocinar a uno de nuestros emblemas patrios.

La historia comenzó en 2013, cuando a Verónica Cortés, una oriunda de Loncoche, andaba por su jardín y se preguntó: “¿Por qué no hago mermelada de copihue?”.

Fue así como le picó el bichito de probar y se atrevió, pero no era algo sencillo. Debía averiguar, en primer lugar, si la planta era comestible y cómo obtener la autorización para recolectarla y utilizarla.

Sobre esto, vale recordar que por años el copihue fue una planta decorativa altamente cotizada, hasta que en 1971 fue declarada en peligro de extinción, pasando a ser una especie protegida. Luego, en 1977, fue declarada emblema patrio.

Verónica, luego de una gran cantidad de papeleo y consultas, tuvo buenas respuestas. La planta era apta para el consumo humano y, además, el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) la autorizó y la inscribió como una copihuera.

“A decir verdad, eso me alegró mucho, porque para lograr eso, la que se interesó en mi idea fue la jefa de turismo regional de la época. El interés de ella fue el primer paso. Además, si bien me costó conseguir la autorización, pensé que me costaría aún más. No es llegar y sacar la planta. Hay todo un tema legal que si uno no consulta, podría ser complicado”, cuenta Verónica.

No todo fue sencillo. Según cuenta esta emprendedora, cocinar con la planta nacional no fue una tarea sencilla. “La verdad es que me costó. De primera, no me quedaba bien, pero a medida que iba probando, iba mejorando. Fue trabajo y empeño”, cuenta.

Con el paso del tiempo, Verónica formó su empresa “Florahue”, una empresa que elaborar mermeladas y licores del copihue y otras plantas. “Trabajo con varias cosas. Con la zanahoria, la betarraga, la aloe vera y otras cosas”, cuenta Verónica.

En cuanto al apoyo, Verónica agradece que las diversas instituciones del sector la hayan apoyado con idea. “La municipalidad se portó muy bien, el Indap, el Sence, Fondo Esperanza, todos me apoyaron. Porque una, como emprendedora, necesita de esos pequeños empujones para hacer las cosas”, cuenta.

En cuanto a las proyecciones, cuenta que por ahora lo principal es obtener la resolución sanitaria que está tramitando para instalar una sala de procesos que le permitirá preparar más y mejores mermeladas y licores. “Ese es el sueño que tengo, por ahora. Porque eso me permitirá aumentar la cantidad de productos que confecciono. Pero tengo otras cosas que hacer por ahora, estoy en un curso para mejorar la calidad de mis productos y, además, me queda la formalización de mi empresa, que es una de las cosas más complicadas por hacer”, finaliza.

Fuente: La Tercera

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