Desarrollo Sostenible: Chile, mal en la OCDE

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Analizan sostenibilidad del progreso en base a dimensiones económica, social y ambiental. En ranking general, el país es 47 entre 180 y en la Ocde, 24 de 34.

A nivel latinoamericano, Chile figura entre los países con el tipo de desarrollo más sostenible -junto con Perú y Venezuela-, pero en el contexto de los miembros de la Ocde, se ubica en el último tercio, con indicadores más frágiles. Estos datos provienen de un nuevo Indice de Desarrollo Sostenible (IDS), elaborado por Acción RSE y la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile.

El IDS intenta dar cuenta de la sostenibilidad del progreso de 180 países, más allá de su grado de desarrollo. Esto, mediante la aplicación de procesos estadísticos con los que se busca darles un mismo peso a decenas de factores en tres dimensiones: económica, ambiental y social, durante largos períodos de tiempo.

“Así como las empresas ya no miden su desempeño sólo por las utilidades o las ventas, las economías no pueden medirse sólo por el Producto Interno Bruto (PIB)”, dice Ignacio Larraechea, gerente general de Acción RSE.

“La sociedad hoy aspira a bienes que van mucho más allá de los que se transan en el mercado, tales como seguridad, paz, calidad de vida, ambientes limpios actuales y futuros”, añade.

Al considerar 30 variables -10 en cada dimensión-, analizadas de acuerdo a todas las combinaciones posibles entre ellas, el resultado es una distribución estadística para cada nación, o una banda de confianza en la que típicamente la parte del centro indica con mayor probabilidad la posición del país.

El índice se presentará mañana y se pretende actualizarlo en el primer semestre de todos los años, cuando se realizan los encuentros anuales de Acción RSE.

COMO SE CONSTRUYE

El IDS presenta tres innovaciones respecto de la variedad de índices similares que hay en el mercado, como los de competitividad del IMD o del WEF, el de libertad económica de la Heritage Institution, o el Indice de Desarrollo Humano del Banco Mundial, entre otros.

“Este es un índice de sustentabilidad del desarrollo, no del nivel de desarrollo”, sostiene Oscar Landerretche, director de la Escuela de Economía y Administración de la U. de Chile, y quien encabezó la investigación. “En el IDS, un país puede ser mucho más desarrollado que otro, pero su progreso puede no ser sustentable desde el punto de vista social, económico y ambiental”, agrega.

Explica que en el índice EE.UU., que está en el lugar 52 de 180, “no se ve muy bien, porque muchos de sus agregados macroeconómicos y políticas fiscales dan cuenta de una situación cada vez más problemática. Si bien es un país claramente desarrollado, su desarrollo puede ser menos sustentable que el de Noruega”, que encabeza la lista.

La segunda particularidad del IDS es que se mira la sustentabilidad a través de las tres dimensiones mencionadas, las que luego se agregan en el índice completo.

Pero es en la tercera etapa del ejercicio donde se distingue la principal característica.

“Buscamos criticar la forma en que tradicionalmente se construye este tipo de índices, en los que el gran problema es la forma en que se ponderan los indicadores que los componen, que es bastante arbitraria”, precisa Landerretche.

“A menudo aparecen noticias con el titular ‘Chile subió un puesto en el ranking X’, pero bueno, aumentó en ese ranking, con esos ponderadores, que son arbitrarios. ¿Qué pasa si éstos son distintos? Tal vez habríamos caído en ese índice”, indica.

El IDS trata de despejar esa posibilidad con lo que en economía se llama metaanálisis.

El método consiste en no ponerles ponderadores a los indicadores que componen cada uno de los subíndices (económico, social y ambiental), sino que simula cómo sería el índice después de todas las combinaciones de ponderadores posibles, extrayendo luego una distribución estadística de esos ponderadores.

Todas las combinaciones posibles de los 10 componentes de cada subíndice alcanzan a 10 millones. “Si un índice construido de esta manera sube, sube en todas las combinaciones en promedio”, dice Landerretche.

De esta manera, “decir que Chile subió en un índice no depende de cuál es la combinación particular o si le diste más peso al PIB, al déficit fiscal o a la huella de carbono”, agrega el académico.

COMPARADO CON ELMUNDO

En el IDS, Chile figura en el lugar 47 de los 180 países para los que se midieron las tres dimensiones (ver tabla), de acuerdo a los datos más recientes, a 2011.

Perú se sitúa en la posición 41 y, Venezuela, en la 46, pero pese a que superan a Chile, se puede decir que los tres están a la cabeza en América Latina.

Dada la existencia de bandas de confianza, “estadísticamente no hay ninguna diferencia” entre esas posiciones, señala Landerretche.

“Cuando se hace una simulación como la de nosotros, resulta que hay países entre los que uno no puede distinguir, en particular Chile respecto de Perú y Venezuela; no se puede decir que Chile sea ni más ni menos sustentable en su proceso de desarrollo”, continúa.

Esa situación de liderazgo que ostenta el país a nivel regional, varía, sin embargo, al compararse con los miembros de la Ocde, donde la mayoría no sólo tiene niveles de desarrollo superiores, sino que su progreso es más sustentable también: Chile se ubica en el último tercio de los 34 países que componen esa agrupación, en el lugar número 24, y también bajo su promedio.

A nivel de los subíndices, sólo en el ambiental Chile figura sobre el promedio de la Ocde, en el lugar 13 de 34. Este considera indicadores como el stock de bosques, la protección de la biomasa y el ahorro neto de agua del país.

En las dimensiones económica y social, el sitial de Chile es inferior al promedio de la Ocde: 25 de 34 en el caso del primero y antepenúltimo en el segundo, apenas arriba de Turquía y México.

El subíndice social comprende, además de la medición de población en condición de pobreza, el índice de Gini sobre desigualdad y las expectativas de escolaridad.

“En general, las lecturas de Chile son relativamente malas”, opina Landerretche, por ejemplo al considerar que China figura muy por sobre el país.

Lo anterior no implica que los datos de un país empeoren per se, sino que, como el IDS es relativo a la trayectoria de los otros países (las variables que componen el índice están normalizadas respecto de aquellas de las demás economías), puede darse que todo el mundo esté mejorando y un país determinado esté empeorando o avanzando más lentamente.

“Lo que le ha pasado a Chile es que tenía mejores indicadores en los años 90, pero después muchos países nos han tendido a igualar, en particular Perú. Eso también le ha pasado a EE.UU., que ha empeorado su posición relativa”, concluye Landerretche.

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