Emprendimiento chileno Kyklos busca darle un giro al reciclaje

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reciclajescuela-655x491-540x350El proyecto consiste en una red de puntos limpios que se instalan en los colegios bajo un programa educacional.

Un kilo de botellas plásticas PET se paga a unos $200 en el mercado chileno. Ahora bien, si ese mismo kilo incluye solo la botella, es decir, sin las tapas ni las etiquetas, su valor puede llegar a los $500.

Datos como ese son los que se conjugan en la ecuación de Kyklos, empresa que creó un modelo de reciclaje y educación, que permite valorizar residuos y construir oportunidades de aprendizaje para estudiantes.

Creada por los ingenieros Javier Peró y Sebastián Herceg, el proyecto consiste en una red de puntos limpios que se instalan en los colegios al alero de un programa educacional y que incluye también un sistema de certificación y residuos. “Enseñamos ecuaciones con botellas plásticas, construimos cultura con los niños y sus familias, lo que los beneficia a ellos directamente, pero también permite construir un ciclo limpio y sustentable económicamente para la recolección de residuos”, dice Hercerg.

El modelo detrás de Kyklos está en ofrecer el servicio completo a los colegios. Este va desde la educación para que los niños aprendan a reciclar correctamente -lo cual es esencial para el éxito del negocio- hasta la recolección y el envío de los desechos. “Kyklos vende un servicio anual de muy bajo costo, que bien puede ser costeado por el establecimiento o por una entidad que apoya al plantel: fundación, empresa u otro. Posteriormente, la construcción de una comunidad de reciclaje, a bajo costo, permite rentabilizar el total potencial de la comunidad a través de empresas: relaciones comunitarias, campañas publicitarias y todo tipo de acciones, con un costo por contacto equivalente a Facebook”, agrega Javier Peró.

El proyecto, que partió en 2012, llamó la atención del director ejecutivo de Elige Educar, Hernán Hochschild, y del conductor de noticias de TVN, Matías del Río, quienes también se sumaron como socios. “Ambos estaban muy interesados en involucrarse en un proyecto que fuera sustentable medioambiental y económicamente”, agrega Peró.

Más de 40 colegios

La iniciativa comenzó operando en colegios de escasos recursos de comunas como Lampa, Renca y La Pintana, entre otras. Primero realizaron un piloto con ocho establecimientos durante 2014 para probar el modelo y luego construyeron un plan educacional medioambiental que se adaptó a los requerimientos del Mineduc y que también está apoyado por el Ministerio de Medio Ambiente.

Actualmente, el costo del servicio varía entre los $3 millones y los $5 millones anuales y está presente en 40 colegios de la Región Metropolitana, además de Panguipulli, donde cuentan con un plan de reciclaje que involucra a toda la comuna de Frutillar.

Para este año, en tanto, la meta es apostar por el crecimiento. Según cuentan los socios, se encuentran en la búsqueda de inversionistas para potenciar el equipo y, al mismo tiempo, mantener el ritmo de crecimiento en colegios, doblando la cantidad cada año. “Queremos materializar alguna alianza con alguna empresa privada para realizar campañas publicitarias y hacer el primer interescolar de reciclaje a nivel nacional. Además, comenzar también a trabajar con empresas que necesiten asesoramiento interno para mejorar sus procesos de recuperación de residuos”, explica Sebastián Herceg, quien agrega que esperan convertirse en un referente en materia de reciclaje en Chile para 2017 y expandirse a Sudamérica en los próximos años.

Fuente: Sustentare

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