Chile busca ser el Silicon Valley de Iberoamérica

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Sanhattan

Un reciente trabajo de Cromo, un portal de noticias sobre ciencia, tecnología e innovación del diario El Observador de Uruguay, citó a Santiago de Chile entre los enclaves tecnológicos que intentan acercarse a lo que es y representa Silicon Valley, el más antiguo y destacado de cuantos existen, situado en la costa oeste de los Estados Unidos, y que ha dado origen a una cultura en la que sobresalen la meritocracia, los nuevos negocios, el multiculturalismo y la toma de riesgos.

Junto a Santiago, se mencionan Tel Aviv, Londres, Berlín, Bangalore y Boston. Nosotros añadiríamos Melbourne, Vancouver, São Paulo, París, Waterloo, Moscú, Estonia, Singapur, Toronto, etc., todos apostando decididamente por el emprendimiento, la invención y los nuevos procesos como focos de creatividad y desarrollo.

De Santiago, se resalta Start-Up Chile, programa abierto al mundo para que emprendedores venidos de cualquier lugar del planeta lleguen junto a proyectos que tengan amplias perspectivas de crecimiento y a ser posible escalables a nivel global, contribuyendo con su presencia a generar un ecosistema amigable e inspirador que atraiga a otros a emprender e innovar. Se añade que «aún hay obstáculos que superar», como no podría ser de otra manera, pero ya ha servido de acicate a otras ciudades de la región para poner en marcha iniciativas similares.

Las start-ups, o empresas emergentes, son compañías de reciente formación de cualquier sector -aunque suele aplicarse este término a aquellas consideradas de base tecnológica- que requieran una baja financiación al comienzo, que se incrementa a mediano y largo plazo.

¿La próxima ‘Start-Up Nation’?

A la fecha existe una valoración muy favorable de la interacción surgida entre chilenos y extranjeros: estimula la imaginación, la originalidad y el cambio. En las próximas convocatorias buscará expandirse a otras regiones chilenas. Se contempla el despliegue de siete plataformas globales o espacios de cotrabajo (coworking) -tres en Santiago y cuatro en regiones- de las que podrán ser parte las empresas emergentes luego de una evaluación inicial de lo que se propone.

Según los promotores, se perseguirá sobre todo fortalecer los encuentros y complementaciones que surjan con los venidos del exterior de tal manera que puedan avanzar en el hábitat chileno y poder, si la idea impulsada prende y tiende a crecer, acceder a nuevos aportes de incubadoras y financiamiento de capital de riesgo de fase temprana estableciéndose un emprendimiento dinámico que acompañe a sus impulsores en las etapas de arranque y puesta en marcha.

Start-Up Chile, promovido desde la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), será distinguido por su contribución y buen hacer en la segunda edición del Place Marketing Forum 2014 en Aix-en-Provence, Francia, los días 16 y 17 de octubre próximo.

En un reciente índice de Startup Ranking (http://www.startupranking.com/countries), que lleva un conteo a nivel mundial y se actualiza a diario, se indica que en este momento habría en Chile 183 compañías emergentes en funcionamiento, lo que en números absolutos lo situaría en la sexta plaza en Iberoamérica tras Brasil (387), España (351), Colombia (257), Argentina (225), Perú (216), y por delante de Portugal (167).

Esta situación cambia radicalmente si se analiza en términos per cápita. En primer lugar se situaría Portugal, con 15,9 start-ups por cada millón de habitantes, seguido de Chile (11,1), Uruguay (8,23), España (7,5) y Perú (6,8), en la zona iberoamericana. Brasil, con sus 200 millones de habitantes, cae en este conteo al sexto puesto regional, con 1,91 empresas emergentes por millón de habitantes.

El futuro que se avecina -o, mejor dicho, que ya está aquí- obligará a las naciones, si no quieren quedar descolgadas, a vigorizar los ambientes creativos en los que se busquen soluciones apoyados en las ciencias aplicadas a los diversos desafíos que se presentan día a día. Sectores tan heterogéneos como la innovación energética, la ciencia cognitiva, la nanotecnología, la biotecnología, la salud, la robótica, la inteligencia artificial, las tecnologías de la información, o la ciencia de los materiales serán campos abonados para que start-ups hagan nuevos planes. Chile, como otros países del globo, aportará entornos y medios iniciales para el despegue de estas propuestas.

Fuente: El Economista América

 

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