El texto de 48 puntos recoge el interés de ambos bloques por alcanzar un desarrollo sustentable en sus tres dimensiones: económica, social y ambiental, de forma integrada y equilibrada.
Se apoyan, en este sentido, las iniciativas encaminadas a potenciar la cooperación, la transferencia del conocimiento y la preservación y conservación del patrimonio natural y cultural, así como la biodiversidad.
Entre los aspectos más destacados de la declaración se incluye, junto a la lucha contra el proteccionismo, el rechazo a la aplicación de embargos internacionales.
La referencia al rechazo de «las medidas coercitivas de carácter unilateral con efecto extraterritorial, que son contrarias al derecho internacional» se puede interpretar como una referencia, entre otros temas, al embargo aplicado desde hace más de cinco décadas por Estados Unidos sobre Cuba.
«Rechazamos firmemente todas las medidas coercitivas de carácter unilateral con efecto extraterritorial, que son contrarias al derecho internacional y las normas comúnmente aceptadas de libre comercio. Estamos de acuerdo que este tipo de prácticas representa una grave amenaza al multilateralismo», señala el documento.
La séptima reunión birregional, primera desde el nacimiento en diciembre de 2011 de la CELAC, también reafirma el derecho soberano de los Estados sobre sus recursos naturales y su responsabilidad de preservar el medio ambiente.
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